lunes, 4 de febrero de 2013

Semblanza de Rowena Bali, autora de La herida en el cielo


Rowena Bali es una joven escritora mexicana que ha publicado las novelas El agente morboso y El Ejército de Sodoma. Es, además, conductora en Ibero 90.9 y editora en la revista Cultura Urbana. Lleva una bitácora personal llamada In a Row en la que comparte imágenes asombrosas, tanto escritas (poesía, prosa breve) como en fotografía. La herida en el cielo es su primer libro de relatos y lo presentará en Noctámbulos el viernes 8 de febrero a las19:00 horas, acompañada por Agustín Peña y David Miklos.

Esto es lo que nos dice con respecto a su obra:

La herida en el cielo, entendemos, es un libro que se ha ido forjando a lo largo de varios años. ¿Se trata de un proyecto pensado así, a largo tiempo, o es una recopilación que de pronto decidiste publicar por alguna razón?

Rowena en su perfil de Facebook
—Hace tiempo que los cuentos de La herida en el cielo estaban preparados, pero yo no estaba preparada para publicarlos. Los empecé a escribir como partes de un proyecto de prosa poética, en el cual exploré largamente, al principio de mi trabajo. De este proyecto rescaté los textos que mayor redondez narrativa tenían. Entonces los fui juntando a través de varios años, el primero es de hace más de veinte años y el último es del año pasado.

—¿Qué determinó que la brevedad fuera el medio para expresar estos cuentos?

La determinó la brevedad que caracteriza a la prosa poética, en la que yo pretendía escribir al inicio del proyecto. Algunos de los textos alcanzan apenas una cuartilla y el más largo alcanza siete.

—En estas historias hay una presencia constante de las moscas, ¿lo has notado? ¿A qué lo atribuyes?

Es un asunto voluntario, los animales están presentes en mi imaginario, los insectos, y es que suelen se persistentes en las lecturas típicas de la adolescencia: Kafka, Sartre, los poetas malditos, etc. Leí algo de Augusto Monterroso que hablaba sobre las moscas, vi una escena de El exorcista en la que se acumulaban muchas en una ventana, vi por la tele cómo las moscas caminaban por las bocas y los párpados de los niños en Somalia...

—Algunos de estos textos, como el que da título al libro, los has publicado ya en In a Row, tu blog. ¿Por qué surgió la necesidad de mudarlo del medio electrónico al impreso, en una misma colección?

Rowena en su perfil de Facebook
Publiqué mis textos en In a Row en una fiebre bloguera que me dio de pronto, pero no lo pensé siquiera, cuando pensé en publicar La herida en el cielo tampoco pensé en el blog. Originalmente enviaría a Axial una novela que se llama La bala enamorada, pero me vi en el dilema de que ya había publicado novelas y mi trabajo como cuentista era muy poco conocido. Algunos de los cuentos de La herida en el cielo también aparecieron en otras publicaciones como Laberinto de Milenio y la Revista de la UNAM.

—El humor, el erotismo, la imaginación —rayana en el delirio, en ocasiones— y la sencillez de lenguaje son algunas características de este volumen. ¿Cómo es que has definido ese estilo de escritura?

No sé cómo definir mi estilo de escritura. Para retratar el absurdo más complicado uno tiene que ser lo más sencillo posible. Me gusta explorar en describir literariamente lo imposible en un tono cotidiano y creo que aún tengo un largo trecho que recorrer en esta experimentación.

—¿Con qué escritores sientes que puede hallar similitud tu trabajo literario?

Decir similitud sería una pretensión, pero me gustaría parecerme a un sinnúmero de escritores de orígenes y épocas muy diversas, yo quisiera escribir como escribió Dylan Thomas o como Balzac, o como Marie Darrieussecq en cierta época, como Virginia Woolf y por supuesto que quisiera escribir como Kenzaburo Oe, Kobo Abe, Sun Tzu, Lu Sin y hasta como Lao Tse,  como Irving Welsh, Breat Easton Ellis, Jonh Kennedy Tool y todos los escritores a los que he apreciado, entre los cuales están varios mexicanos también, actuales, como Rosa Beltrán, Antonio Ortuño, David Miklos o Bárbara Jacobs.

—Tienes dos novelas y La herida… es tu primer libro de relatos breves. ¿Prefieres un aliento narrativo más largo para expresarte o a qué se debe la proporción?

El aliento que más me exige es el breve, porque la brevedad trae consigo una densidad narrativa mayor, en la novela uno puede respirar con soltura. Sin embargo el cuento es un género que disfruto mucho, es como respirar bajo el agua, una forma de buceo escritural. La poesía en este sentido tiene el don de saber alcanzar mayores profundidades que la narrativa, en tiempos y ritmos menores y con un menor número de golpes de tecla.

—¿Qué podrá esperar el público de Noctámbulos de la sesión del 8 de febrero, en la presentación de La herida…?

Lo que yo quiero que obtenga el público de mi obra es un punto de contacto, de identificación, de emociones diversas que nos comuniquen como personas, incluso de incomodidad. Me gusta pensar que todos han vivido en esencia los mismos menesteres –absurdos, incómodos o no- que yo, que todos vamos, en esencia, por el mismo tren, y mi literatura es el único medio con que cuento para comunicar este pensamiento.





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